Porque para los editores DC, el mensaje fue que no había suficientes cosas en la segunda guerra que fueran aterrorizantes.
El debut de este grupo especial fue en el numero 93.
Lo que era raro sobre esta fuerza espantosa de combate formada por la misteriosa agencia del gobierno estadounidense referida como Proyecto M, es que ellos no eran los personajes de la literatura fantástica, sino que eran soldados humanos que fueron infortunadas victimas de la ciencia.
Como ejemplos, el soldado Elliot “Afortunado” Taylor NO es un cadáver reanimado. Taylor, después de sobrevivir al pisar una mina de tierra, lo que queda de su cuerpo es cosido y puesto en su lugar, otorgándole la apariencia del “Monstruo de Frankenstein.”
El sargento Vincent Velcro, quien estaba preso en la cárcel, aceptó ser voluntario para un experimento que lo convertiría en una criatura chupa sangre, NO en un vampiro sobrenatural.
Hasta la Dra. Medusa, a pesar del nombre imponente, no tenia ninguna relación con la infame Gorgona, en cambio, ella tuvo la desafortunada experiencia científica de colocarse serpientes vivientes como cabellos (¡!) El equipo (que incluye robots) probablemente alcanzó su reconocimiento más alto al disfrazarse de payasos en un circo ambulante para poder infiltrarse en una reunión de Hitler con el alto mando alemán y caerles como una pesadilla viviente, disparando todo lo que tenían a los nazis.
Pero el momento totalmente mas extraño fue en su historia final, los Comandos Criaturas están fregados, son enjuiciados y sentenciados a muerte.
“Por rebeldemente demostrar señales de humanidad, el General de la corte marcial sentencia a los acusados a muerte por fusilamiento. Firmado, Paul Levitz, General al mando.”
Rara ocasión de notar que un personaje lleva el mismo nombre del editor ejecutivo de la editorial ¿pura coincidencia?
Antes que el pelotón los fusilen, la sentencia es revocada por el presidente de su país, a los Comandos Criaturas se les necesita para otra ultima misión, subir a un cohete (¿espacial?) e ir directo (¿aterrizar?) a la cancillería de Berlín con el mismo Hitler adentro.
Otra coincidencia más es el robot “R.K.” que comparte las mismas iniciales con el escritor Robert Kanigher, subiendo al cohete.Aparentemente por la emoción en los diálogos del teniente Shrieve en el centro de mando, él esperaba que los fenómenos lograran apoderarse del control manual del cohete y se dirigieran al espacio a un destino desconocido.
Aunque los editores quisieron que fuese “un principio,” nadie estaba realmente interesado en hacer algo con la historieta de horror-guerra.
Después de viajar 25 años (tiempo de la vida real) en el espacio, ellos terminaron volviendo para ayudar a Superman a combatir a Brainiac, esa historia estuvo considerada en la continuidad DC. Hoy, con el nuevo-recontra-contra-reinicio de Supes, ya uno ni se molesta en pensar mucho en continuidades.
Escrito por Héctor Augusto Sovero Gastañeta
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