El guión de Wolfman para el numero 25 fue una mezcla de dos atmósferas del genero de horror y detectives privados.
Veamos algunas de estas páginas donde la historia básica es ver un detective privado investigando un asesinato hecho por un vampiro.
En Londres, la joven y bien parecida Adrianne Brown Walters entra en la oficina del investigador privado Hannibal King con la intención de contratarlo para averiguar sobre el asesinato de su reciente esposo, Fred Walters.
Es ahí donde su historia salta afuera de lo usual, al creer ella que su marido fue asesinado por algo más allá de lo normal, porque fue testigo que algo como un hombre mordió y le desgarro la garganta velozmente antes de desaparecer.
En su movimiento corporal, King instantáneamente sabe que ella esta describiendo las acciones de un vampiro y acepta trabajar en el caso.
Sus investigaciones lo llevan a una taberna donde el tabernero lleva a King a un cuarto trasero con la promesa de información, pero entonces es atacado.
El detective fácilmente vence a su agresor y en eso le ve en su cuello que tiene dos pequeñas marcas, obviamente esta en la pista correcta.
En tanto se adentra más en el caso, el detective eventualmente se mete dentro de los negocios turbios del mismo Drácula y entonces es ahí donde las cosas de veras explotan.
Cuando todo esta dicho y hecho, un giro en la trama es revelado.
Es un gran giro, y si uno observa todas las pistas dejadas en el relato, es más admirable.
Wolfman logro hacer a Hannibal King ser un personaje carismático, “nació de mi amor por las viejas historias de misterio de los años treintas y cuarentas.
King esta en esa gran tradición de detectives duros, pero el tiene una cosa extra: habilidades de vampiro que le permiten ver cosas y hacer cosas que detectives ordinarios solamente podrían desear hacer.”
En esta primera historia, su origen secreto como vampiro se mantiene oculto hasta el último panel, aunque hay pistas deliberadamente puestas por toda la aventura.
Les voy a señalar algunas pistas que el mismo King nos permite ver sobre su naturaleza en las imágenes adjuntas en esta entrada:
Vean que todo comienza en horario nocturno, a las 8: 32 p.m.
Pagina 11, panel 2: en la captación, King esta pensando en el asesinato del esposo de su cliente, sintiéndose furioso, “…como yo lo estuve en la noche que yo encontré a esa otra escoria.”
Pagina 11, panel 4: noten que King no se refleja en el espejo de la taberna.
Pagina 11, panel 5: King puede escuchar los latidos del corazón del tabernero y como un detector de mentiras, se da cuenta que esta mintiendo.
Pagina 14, panel 1: King percibe que los latidos del corazón del tabernero han aumentado al doble de lo normal.
Pagina 14, panel 2: King recibe un fuerte golpe en la cabeza con una palanca de metal y esta sin ninguna herida.
Durante la aventura, no se ve ni un por un segundo al equipo de cazadores de vampiros (personajes secundarios) y el mismo Drácula aparece esporádicamente, pero en los momentos precisos.
Hannibal King es el segundo intento en la historieta para presentar un vampiro quien no es típicamente malvado y que mantiene su sed de sangre bajo control (el primero fue en TUMBA DE DRACULA # 8) King es tan destacadamente bien hecho que a pesar de ser un personaje secundario en el universo de Monstruos Marvel, él lograría aparecer en la película “Blade III” (más no ESTA caracterización original de la historieta) y vean que este numero es prácticamente protagonizado por el detective.
Wolfman aprovecharía esta historia para futuros puntos en la trama continuada, como la principal motivación para aceptar el caso del homicidio de Fred Walters y la gradual perdida de poderes vampiricos del Conde de Transilvania, porque como “señor de los vampiros,” Drac debió ser capaz de dominar los pensamientos y acciones de King, pero él claramente falla.
Así, el trío Wolfman / Colan / Palmer vuelve a conseguir hacer otro gran personaje para esta colección que ya tenia otra gran creación como BLADE: CUCHILLA QUE CORTA EL CUELLO DE LAS CRIATURAS DE LA NOCHE.
Ambos personajes han sobrevivido por muchos años desde sus primeras y excepcionales apariciones, en las manos de diferentes creativos.
Escrito por Héctor Augusto Sovero Gastañeta.
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