Después de sacar su ultimo trabajo ‘Groo: infierno sobre la tierra’ junto con su socio Mark Evanier. Sergio Aragonés esta realizando para Dark Horse comics, un cruce entre Conan el bárbaro y su personaje extraviado. A primera vista, Groo engaña y por muchos motivos. En primer lugar, viendo su nombre, sobre todo en la versión “española”, uno podría pensar que es una simple parodia de Conan, y lo cierto es que, estrictamente, sí es una parodia, pero también mucho más. Efectivamente, Groo es lo que se podría esperar de Conan sin conocer realmente a fondo al personaje, y por defecto, encarna el tópico que tantas veces se ha perpetuado en los cómics de espada y brujería, ya fueran del propio personaje de Robert E. Howard o imitaciones variadas de pelajes y orígenes dispares. Eso sí, encarna un tópico llevado al extremo y aderezado con elementos de cosecha propia para dar al personaje el sabor adecuado. Groo es todo músculos, literalmente: el mejor guerrero de todo el orbe, el imbatible aventurero, el intrépido hombre sin temor, el espadachín perfecto... si no fuera por su total ausencia de raciocinio. Groo lleva al extremo, el genero fantástico en clave de humor.
Por supuesto -pues si no difícilmente hubiera sobrevivido veinticinco años vagando de editorial en editorial- el humor de Groo no se limita a parodiar las situaciones clásicas de la espada y brujería, sino que aborda todas. De hecho, como suele pasar en las mejores parodias, ésas que terminan siendo obras de arte que enriquece el género diseccionado, el autor muestra un conocimiento de la fantasía heroica apabullante, y una visión muy aguda sobre la misma, lo que no le impide desarrollar un humor tan asequible como efectivo. El mundo de Groo termina revelándose rico, mucho más rico, en realidad, que muchos escenarios que pretendían aprovechar el género de un modo “serio”, y sus posibilidades cómicas parecen no tener fin.Además, con los años, algunas bromas recurrentes han ido fortaleciendo al personaje y creando una complicidad privilegiada con el público. La línea “¿habré errado?”, por ejemplo, dibuja la sonrisa inmediatamente a cualquier fanático de la serie.
Groo empezó su vagancia en Estados Unidos, concretamente en la antología ‘Destroyer Duck’ de Eclipse Cómics, en 1,982. Así, Groo es estadounidense, aunque, paradójicamente su autor, Sergio Aragonés es español de nacimiento: nacido en San Mateo (Castellón) en 1,937, emigró a México durante la Guerra Civil, desde donde viajaría a Estados Unidos en 1,962. Hombre de gran carácter -dicen que se presentó en la revista ‘Mad’ para proponer su trabajo sin hablar inglés, y que cuando le dijeron que no había espacio, volvió con sus dibujos adaptados a los márgenes, espacio que finalmente le dieron en la revista- Aragonés puede enorgullecerse de ostentar la propiedad de su creación, algo francamente extraño en Estados Unidos, donde las editoriales suelen quedarse con los derechos de los personajes.Esta decisión, que retrasó años la primera aparición de Groo (que fue creado a finales de los años setentas) es también la responsable de que el personaje haya vagado de editorial en editorial, viendo cómo sus aventuras se publicaban en Eclipse Comics, Pacific Comics, Marvel (bajo su sello Epic, en el cual desarrollaría su periodo más largo con 120 números), Image Comics (quienes cambiarían el título de la serie a “Groo”) y, finalmente, Dark Horse Comics, editorial en la que las aventuras aparecen en formato de miniseries y posteriormente recopiladas como novelas graficas.Seguramente, esta valiente decisión de conservar los derechos del personaje ha permitido también que Groo se mantenga en buena forma, fiel a su espíritu original y con muchas ganas de guerra. Es un argumento más a sumar a la hora de animarse a echarle un vistazo al cosmos de este bárbaro chiflado por la salsa de queso.
Escrito por Héctor Augusto Sovero Gastañeta.
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