




En 1,977, DC organizó “el gran concurso de la película de Superman” donde dos ganadores, dos chicos adolescentes aparecerían brevemente en la escena de la secundaria de Villachica haciendo de jugadores de rugby. Kahn, Christopher Reeve (para mi, el finado actor fue el mejor Supes en las pantallas) y Sol Harrison (el presidente de la editorial) sacaron las cartas ganadoras. DC esperaba que el filme incrementara las ventas de los comics del superhombre cuantiosamente incluyendo sus otros comics de súper héroes y también que revitalizara la industria entera. Grandes ilusiones que se esfumarían en 1,978. Pero no nos adelantemos. Según algunos críticos estadounidenses, algo que jugó en contra y no estaba dentro de los planes de Harrison y Kahn era la estación de invierno.

A fines de 1,977, gran parte de Estados Unidos sufrió un espantoso clima invernal, llegando a declararse desastre nacional en varias áreas del gran estado de Nueva York llegando a morir 29 personas. En febrero de 1,978, una ventisca atacó toda la costa este neoyorkina, matando a 54 personas y causando daños estimados en un billón de dólares. 
Aunque estas tormentas gélidas son eventos naturales, fueron devastadores para toda la industria de historietas estadounidenses y en especial para DC. Jenette Kahn había prometido que la mayoría de comics difíciles de encontrar serian mejor distribuidos, pero no todos los envíos estaban siendo repartidos. Las tiendas especializadas en historietas eran escasas y no eran todavía la gran fuerza de mercado que existe en este siglo. Muchos comics eran vendidos en los puestos de periódicos y la mayoría de súper mercados no vendían historietas. Es indiscutible que los padres estaban más preocupados por conseguir comida y agua para sus hijos que comics en semejante adversidad. El tiempo fue un factor negativo para DC, la compañía con corazón.
Pero también hubo otro factor en juego, la calidad.
Al revisar ellos sus cifras de ventas invernales, fue claro que los nuevos comics no se vendían, no pudieron echar toda la culpa al tiempo, en DC tenían que aceptar que docenas de comics no estaban bien hechos. Las cancelaciones comenzaron. Muchos de los nuevos comics eran protagonizados por héroes que solamente eran copias pálidas de personajes que ya existían y los personajes revividos solo funcionaban a media maquina. Para ser honestos, los comics de la explosión DC se veían y se leían como material de relleno. Solamente un puñado de estas colecciones “explosivas” sobreviviría, porque ese puñado merecía sobrevivir.
Durante 1,978, los mandamases de Warner Bros. ordenaron a Kahn y Harrison a reducir permanentemente la línea de historietas a solo 26 comics (veinte colecciones con el precio de venta a 40 centavos y seis colecciones de $1.00) DC sufrió un total de 65 cancelaciones, haciendo evidente que la editorial tenia 8 comics menos de los que ya tenían previamente publicados antes de que detonasen “la explosión”. Todas las anulaciones no ocurrieron súbitamente, durante el curso de los meses, los comics eran eliminados. El resultado final de este giro espantoso de eventos fue anunciado de una manera menos pomposa que el aviso estridente de “la explosión DC” en sus comics.


Aunque estas tormentas gélidas son eventos naturales, fueron devastadores para toda la industria de historietas estadounidenses y en especial para DC. Jenette Kahn había prometido que la mayoría de comics difíciles de encontrar serian mejor distribuidos, pero no todos los envíos estaban siendo repartidos. Las tiendas especializadas en historietas eran escasas y no eran todavía la gran fuerza de mercado que existe en este siglo. Muchos comics eran vendidos en los puestos de periódicos y la mayoría de súper mercados no vendían historietas. Es indiscutible que los padres estaban más preocupados por conseguir comida y agua para sus hijos que comics en semejante adversidad. El tiempo fue un factor negativo para DC, la compañía con corazón.
Pero también hubo otro factor en juego, la calidad.
Al revisar ellos sus cifras de ventas invernales, fue claro que los nuevos comics no se vendían, no pudieron echar toda la culpa al tiempo, en DC tenían que aceptar que docenas de comics no estaban bien hechos. Las cancelaciones comenzaron. Muchos de los nuevos comics eran protagonizados por héroes que solamente eran copias pálidas de personajes que ya existían y los personajes revividos solo funcionaban a media maquina. Para ser honestos, los comics de la explosión DC se veían y se leían como material de relleno. Solamente un puñado de estas colecciones “explosivas” sobreviviría, porque ese puñado merecía sobrevivir.
Durante 1,978, los mandamases de Warner Bros. ordenaron a Kahn y Harrison a reducir permanentemente la línea de historietas a solo 26 comics (veinte colecciones con el precio de venta a 40 centavos y seis colecciones de $1.00) DC sufrió un total de 65 cancelaciones, haciendo evidente que la editorial tenia 8 comics menos de los que ya tenían previamente publicados antes de que detonasen “la explosión”. Todas las anulaciones no ocurrieron súbitamente, durante el curso de los meses, los comics eran eliminados. El resultado final de este giro espantoso de eventos fue anunciado de una manera menos pomposa que el aviso estridente de “la explosión DC” en sus comics.

Este baño de sangre de numerosas cancelaciones fue etiquetado burlonamente como “LA IMPLOSION DC”. A fines de 1,978 fue estrenada la película de Superman, la gente comenzó a preguntarse porque la historieta no era escrita con el mismo dinamismo y energía, ese filme se sentía muy realista comparándolo con el comic que se leía como un cuento de hadas para infantes.
Como epilogo, hubieron comics nuevos que fueron impedidos de salir a la venta, algunos contenían reimpresiones de viejas historias. ¿Qué harían con las historias nuevas ya completadas? Esta situación se solucionó para algunos relatos al ser publicados en varios comics. Pero la mayoría de los trabajos fue impresa única y exclusivamente en una publicación muy rara, solo para la compañía que llamaron ‘Cabalgata de Comics Cancelados’. Esta colección es de dos números que contienen fotocopias en blanco y negro de material de inventario no publicado, Oficialmente, solo existen 35 copias de cada uno de los volúmenes que fueron realizados por el departamento de duplicación de Warner con el propósito de asegurar legalmente los derechos de DC sobre los nuevos personajes y el material de los creadores. Y eso es otra historia.
Como epilogo, hubieron comics nuevos que fueron impedidos de salir a la venta, algunos contenían reimpresiones de viejas historias. ¿Qué harían con las historias nuevas ya completadas? Esta situación se solucionó para algunos relatos al ser publicados en varios comics. Pero la mayoría de los trabajos fue impresa única y exclusivamente en una publicación muy rara, solo para la compañía que llamaron ‘Cabalgata de Comics Cancelados’. Esta colección es de dos números que contienen fotocopias en blanco y negro de material de inventario no publicado, Oficialmente, solo existen 35 copias de cada uno de los volúmenes que fueron realizados por el departamento de duplicación de Warner con el propósito de asegurar legalmente los derechos de DC sobre los nuevos personajes y el material de los creadores. Y eso es otra historia.
Escrito por Héctor Augusto Sovero Gastañeta.
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