jueves, 18 de junio de 2009

CORRESPONSAL DE GUERRAS SECRETAS II.

Leyendo un comentario del escritor Mark Millar al estar promocionando el comic MARVEL 1,985, me hizo repensar algunas cosas que no termine de expresar en mí articulo anterior sobre LAS GUERRAS SECRETAS en el pasado 3 de febrero. En el año de 1,984, Mike Zeck obtuvo la destacada asignación de ser el dibujante de la primera maxi-serie que conocemos como SUPER HEROES MARVEL: LAS GUERRAS SECRETAS. Zeck ha admitido en estos últimos meses que debido a los apuros por cumplir con entregar su trabajo a lápiz, la mayoría de su arte estaba lleno de trazos rápidos y bocetos.
Las fechas limites para entregar el trabajo terminado, fueron atroces, si vemos que se tenia que dibujar a una gran cantidad de héroes y villanos diferentes –sin contar con los escenarios y otros detalles de la historia- para cada número. Jim Shooter (escritor del comic y editor en jefe del grupo Marvel) logró que Bob Layton pudiese intervenir para ayudar a cumplir con las fechas de entrega y sacar el comic a tiempo, al dibujar los números #4 y #5 en vez de Zeck. Igualmente, la ardua tarea del entintador John Beatty fue aliviada en algunas partes de la saga, gracias al apoyo de varios entintadores del personal de Marvel para tener el trabajo terminado, en especial el último número. Kitty (Sombra de Gata) Pryde, la más joven de los Hombres X –en ese entonces- por un tiempo estuvo considerada para participar en el conflicto secreto, muchos vimos su presencia en el arte que seria la portada del primer número en algunos anuncios y posters para promoción. Nuevas revisiones del argumento aparentemente, la excluirían del comic.
Hablando de personajes borrados, la razón que Thor y Señor Fantástico no están presentes en la portada, parece ser debido a razones de espacio. Aunque, lo curioso es que ellos si aparecían en los carteles promocionales y el asunto se pone más curioso, al ver el poster pintado por Alex Ross, con la ausencia de Thor y Señor Fantástico.
A pesar de ciertos altibajos en el comic, LAS GUERRAS SECRETAS impactaron a millones de lectores. Shooter mostraba la caracterización del personaje a través de la acción. Muchos de los participantes tenían poca individualidad o nunca destacaron en el universo Marvel por sus personalidades, en esta colección adquirieron importancia como Hombre Molécula o Klaw; otros mostraron nuevos detalles que enriquecerían sus futuras apariciones como Avispa o Hombre Absorbente. Y fue ese tipo de acción en la historia que la hizo grandemente interesante de leer. El relato no se quedaba estático y se movía en varias direcciones que eran completamente impredecibles. ¿Quién iba a imaginar que Dr. Doom iba a cortar en varias tajadas el cuerpo de Klaw para hacer unos lentes capaces de absorber el poder del Beyonder para obtenerlo y culminando en un debate teológico con Capitán América pateando traseros? Determinación, frustración, valor, traición, este comic es bueno. Es irónico, que personajes que se juntaron para vender una línea de juguetes terminaron sentando un precedente y un patrón a seguir en la continuidad Marvel. Inevitablemente, al ver la gran acogida por los fanáticos y críticos, una secuela se preparo rápidamente, llevando el titulo de LAS GUERRAS SECRETAS II.
Esta vez, la acción no sucede en el espacio exterior, en otro mundo, sino en nuestro planeta. Y en esta gran ocasión, la saga tiene enlaces con otras colecciones de Marvel. Jim Shooter volvía a ser escritor, pero hubo cambios en los dibujantes. Muchos fanáticos se quejaron del apresurado arte de Zeck y Beatty en la primera maxi-serie, llevando a buscar otros talentos. Debido a su gran experiencia en dibujar muchos personajes, Sal Buscema fue escogido para ser el dibujante y Steve Leialoha como nuevo entintador. Buscema, después de dibujar unas paginas, él fue sacado o se salio del proyecto (aun no se sabe claramente los motivos de su salida) y fue reemplazado por Al Milgrom. La trama trataba de la llegada del Beyonder a nuestro mundo, el ente todopoderoso decide que observar las experiencias humanas no es suficiente, que él debe participar en ellas. Llegando al punto de ser héroe, villano, fuerza de la naturaleza y un “dios por medio de la maquina”. Pero existe una parte de los lectores que muestran su antipatía ante la mención de esta colección. Por lo que uno ha observado, la mayoría de ellos conecta el concepto de los grandes cruces de títulos con LAS GUERRAS SECRETAS II y por lo tanto, a odiarla por comenzar la tortura mercantilista, sin tener en cuenta si fue una buena historia o no lo era.
En realidad, quien dio inicio a “la tortura mercantilista” fue CRISIS EN TIERRAS INFINITAS, esta maxi-serie de DC comics, fue pionera en el asunto de los mega-cruces (Este producto trataba sobre aclarar el panorama convulsionado por la gran cantidad de personajes y situaciones de la editorial, al destruir los múltiples e incontables universos para tener un solo universo, DC decidió olvidar a los antiguos lectores e invertir esfuerzos para captar nuevos clientes y que estos pudieran comenzar sus colecciones sin necesidad de consultar todas las historias anteriores a la Crisis. El resultado final fue una historia inmensa –con algunos vacíos que se completaban en sus otros comics- metiendo una multitud de personajes como sea, llenando todos los espacios. Donde no están bien detalladas las caracterizaciones, pero el arte es lo que hace memorable el cuento, un cuento que ha sido bastante desvalorizado por los continuos reinicios en los títulos de su editorial.)
Otra razón para explicar porque no fue bien recibida la secuela, podría deberse a su calidad inconsistente. Algunos de los cruces eran manejados bien con la historia principal y otros estaban pasmosamente forzados. Las editoriales fríamente calcularon sus ganancias al “obligar” a los lectores de no perderse de la gran experiencia, comprando todos los cruces, si es que deseaba tener la imagen completa de todo el evento.
Hoy en día, esto es una practica común para todas las editoriales estadounidenses, pero hace décadas atrás era increíblemente molesta para los coleccionistas.
Escrito por Héctor Augusto Sovero Gastañeta.

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