jueves, 23 de diciembre de 2010

UN DISCURSO DESPIDIENDO ESTA DECADA DE DESTREZAS Y DESACIERTOS.

Es interesante ver como dibujantes como George Perez o Doug Mahnke pueden trabajar por décadas, lentamente y constantemente siempre mejorando con cada proyecto.
Otros colegas suyos como Frank Miller, Jim Lee o John Byrne entraron en la industria de la historieta como toda una explosión de creatividad, llegaron al pico más alto de la gloria y luego lentamente comenzaron a declinar en décadas.
Y todavía otros dibujantes como Neal Adams, Steve Dillon o David Finch, no mejoran ni empeoran o cambian del todo; su arte se ve exactamente igual como hace décadas pasadas.
Finch es un típico dibujante de súper héroes. El no busca ser David Mack, Jae Lee o Paul Pope ¿estos tipos son interesantes? Si lo son, porque el medio de los comics estadounidenses necesitan buenos dibujantes de superhéroes quienes no tratan de ser estresantes en su arte ¿Por qué? Porque las historietas son dirigidas a los adolescentes que rechazan el arte vertiginosamente incisivo y si no se captan estos lectores, no habrá adultos para leerlas en el futuro. El medio simplemente necesita gente como Finch o Ethan Van Sciver para sobrevivir ¿habrá chicos que hayan entrado al mundo de la historieta en parte por el arte de alguien como Mike Deodato o Mike Allred? Es probable que si, muchos de ellos crecerán para seguir los trabajos de Sean Phillips, pero Phillips no esta logrando que los chicos compren comics y eso es la única cosa más importante para que este medio sobreviva.
En décadas pasadas vimos el crecimiento y respeto ganado con su trabajo estilizado de gente como Mike Mignola, Tony Harris, J.H. Williams, Sam Kieth, Bill Sienkiewicz, etc. Cualquiera puede encontrar siempre alguna razón para que le desagrade algo, si uno quiere buscar una razón para tener antipatía a trabajos canonizados como Watchmen, los Cuatro Fantásticos de Lee / Kirby, Love & Rockets, etc. seguramente que siempre aparecerán razones.
Es algo mundial, lo más popular que algo se vuelve, las personas más tratan de devaluarlo. Esa es la naturaleza del reino animal y se experimenta en todo campo artístico.
Pocas personas muestran interés si alguien “merece” ser el dibujante de alguno de los personajes de segunda o tercera fila, uno puede pensar que el dibujante es bueno o malo, pero en líneas generales, no es un tópico para debatir.
Eso sucede cuando alguien ha sido puesto para dibujar en las historietas de primera fila, esos creativos siempre estarán bajo escrutinio.
Lo que trato de decir es que la naturaleza de hacer entretenimiento para ser disfrutada por la mayoría –oponiéndose a la minoría- no necesariamente significa que el trabajo puede no ser de algún valor o talento.
En esta década que nos deja, vimos mucho de escritores versus dibujantes en un medio donde tradicionalmente no había tantos escritores característicos. Tradicionalmente significa que hasta diez años atrás –más o menos- no existían muchos de ellos y por característicos, me refiero a los que lograron apartarse del resto de la industria con su trabajo inteligente o pensativo.
Esto es también parte del problema en el mercado de los escritores. El negocio tradicionalmente ha sido reacio a dar apoyo cualquier cosa que no siga las normas.
En los años ochentas existió una cantidad de experimentación hecha por profesionales veteranos y novatos que producían lo que sea y en el día de hoy, poco o casi nada de eso es recordado y reverenciado. Hasta populares y mimados como Alan Moore o Brian Michael Bendis siguen siendo confrontados por sus ideas radicales con algunos serios admiradores de historietas que verdaderamente no les agradan.
Esta es la clase de mentalidad que el producto ha estado enfrentando toda su vida. El mercado que no tolera que cualquier cosa por más ligera que sea este fuera de las normas.
En el siglo XXI se mostró un cambio, existe un diversidad más grande que esta siendo apoyada por el mercado tanto interno como internacional, más que las anteriores décadas, todo gracias a mejores escritores y a las historietas populares.
En la actualidad, cosas como “Madman”, “Y, el último Hombre” o “Walking Dead” han encontrado su publico.
Y en las historietas convencionales esta la gente como Ed Brubaker presionando las fronteras de lo que es aceptable en colecciones de súper héroes. Pero todavía uno tiene cosas como “Crisis Infinita” y “Guerra Civil” en los primeros puestos de ventas.
La prominencia de los escritores en historietas ha mejorado grandemente en la última década, pero eso ha sido gracias a las muestras notables de los escritores de típicas historietas de décadas anteriores.
Solo vean los trabajos de Steve Gerber, especialmente en “el Pato Howard,” una visión personal excéntrica en su trabajo como nunca antes se vio en aquellos años setentas. Steve Englehart y Jim Starlin expandieron lo que podía hacerse con los súper héroes al escribir cuentos que cruzaban tiempo y espacio pero explorando políticas, sexo –aprobado por el código- y la vida privada de los personajes de cualquier editorial.
Escritores como Roger (Vengadores) Stern, Chris (Hombres-X) Claremont, Peter (Hulk) David y Marv (Tumba de Drácula) Wolfman ganaron gran seguimiento por los coleccionistas porque fueron percibidos como los mejores que se concentraban en su labor.
La revolución en los típicos comics vendría con gente como Frank Miller, Neil Gaiman, Grant Morrison, Warren Ellis, Garth Ennis, Jamie Delano, Howard Chaykin que lograrían cambios en la industria y ampliando más el mercado internacional.
Mientras los dibujantes “calientes” obtenían un montón de aclamaciones y fanáticos, también existían escritores que definitivamente se distinguieron entre sus colegas.
Cuando comience esta nueva década habrá que esperar que las historietas de cualquier género sepan ser hechas inteligentemente para atraer lectores y con ello, una cantidad de material interesante que deberá crecer con el tiempo.
Esperemos estar ahí para verlo.
Escrito por Héctor Augusto Sovero Gastañeta.

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