EL MUNDO MAGICO MANUFACTURADO POR DC COMICS.

En EL ESPECTRO #12 (1,988) de DC Comics, el editor Bob Greenberger menciona una serie que “definirá nuestra comunidad mágica.”
Seria una serie limitada en formato prestigio por J.M. DeMatteis y seria pintada por Keith Williams y John Jay Ruth que se llamara “El Libro de Magia.”
Esto podía ser un error tipográfico y quiso decir ¿Kent Williams y John J. Ruth? ¿acaso estos son LOS LIBROS DE MAGIA escritos por Neil Gaiman?
J.M. DeMatteis no es alguien ajeno a escribir sobre magia.
¿pero la clásica mini-serie de tres partes que presentaba a Tim Hunter al mundo iba a ser escrita por DeMatteis?
Así es, él iba a ser el original escritor de LOS LIBROS DE MAGIA y el plan era tener a Jon J Muth, Kent Williams, Dave McKean y otros haciendo el arte.
Pero por alguna razón desconocida al público, todo se suspendió y todos los involucrados se retiraron antes de iniciar algún tipo de plan de desarrollo editorial.
Pero no paso mucho tiempo para que esa colección saliera a la luz con Gaiman haciendo los guiones y el trabajo artístico siendo hecho por John Bolton, Scott Hampton, Charles Vess y Paul Johnson.
DeMatteis después mencionaría que su plan era escribir en una pagina y en la otra se viera una pintada por alguno de los ilustradores para la historia de “El Libro de Magia.”
Algo que todos vimos en la línea Vértigo con el especial titulado ADIOS, SOMBRA DE LUNA, con texto escrito por DeMatteis en una pagina y en la otra cara esta una pagina totalmente pintada por Muth.
¿podríamos imaginar el oficial universo DC sin Tim Hunter?
Ah, en estos momentos la respuesta es si.
Podemos considerar que Tim “¡el más grande mago que ha existido!” Hunter tiene una presencia casi nula en el principal universo DC, incluyendo las crisis mágicamente amenazantes en la actualidad.
Igual que todos los personajes que aparecen en la línea Vértigo, son un cero para la continuidad DC.
Además, si Hunter no hubiese sido inventado, poco después Warner Bros. hubiese encargado hacer comics de Harry Potter.
Escrito por Héctor Augusto Sovero Gastañeta.